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De Vere y Herri Gardens

LAS TUERAS Y LAS VECINAS ( I )

LAS TUERAS Y LAS VECINAS ( I )

                 Hoy es el hallazgo de una mata de calabacillas silvestres lo que dispara las divagaciones de los náufragos.

    - ¿Será comestible?. – dice H, que ya las imagina de guarnición del cabrito que les espera asándose entre piedras calientes.

    - V respondió con zumba – Pruébalas si quieres, creo que aquí en Sudamérica la mayor parte de las cucurbitáceas son comestibles, como no estamos en España no hay cuidado de que sean tueras.

    -¡Tueras, tueras! Solamente conozco la palabra –dice H­-  hay un poema de Miguel Hernández en el que la nombra- y al momento vienen a su boca los versos que recita 

 Fuera menos penado, si no fuera
nardo tu tez para mi vista, nardo,
cardo tu piel para mi tacto, cardo,
tuera tu voz para mi oído, tuera.

Tuera es tu voz para mi oído, tuera,
y ardo en tu voz y en tu alrededor ardo,
y tardo a arder lo que a ofrecerte tardo
miera, mi voz para la tuya, miera.

Zarza es tu mano si la tiento, zarza,
ola tu cuerpo si lo alcanzo, ola,
cerca una vez, pero un millar no cerca.

Garza es mi pena, esbelta y triste garza,
sola como un suspiro y un ay, sola,
terca en su error y en su desgracia terca.
 

    - Viene muy a pelo, primero porque siempre es en literatura el paradigma de lo amargo y segundo porque la tuera – citrullus colocynthis- se utilizó en la farmacopea clásica porque su principio activo, la coloquíntida, es un potente purgante y como tal ayudaba a evacuar la bilis negra – dijo V, que continuó – Recuerdo haberlas visto en el Cabo de Gata con sus tallos rastreros de un verde grisáceo y los frutos como calabazas del tamaño de una naranja

   

      - Y sin salir de la poesía -dice H- ahí va esta estrofa de un poeta almeriense::

A una madre que al pecho pone tuera,
¿qué pantanos ahogan de amargura
para dar hiel a quien la miel le diera?
 

     Imagino que se usaba para que los niños aborrecieran el pecho de sus madres

 

    -Pues para citas literarias, ni más ni menos que el Quijote – dice V –:

    

     -¡Y como que si queda lo amargo! – respondió la condesa -,  y tan amargo, que en su comparación son dulces las tueras y sabrosas las adelfas 

    -La recuerdo porque al leerlo se produjo uno de esos cruces  entre dos aficiones que se subrayó con el placer de descubrir un error en la anotación de la, por otra parte impecable, edición de Francisco Rico –la confunde con el acónito o matalobos que es una ranunculácea.

 

4 comentarios

Herri -

Te lo dije Vailima, eres una poeta, aunque no seas de Córdoba, que nadie es perfecto, yo mismo he de contentarme con vivir lo más próximo a Bilbao que en mi vida he podido.
Lady, ya hablaremos de carajos este viernes ;), ( si Vere lo admite)

Vailima -

Pues ahí va un poema de mi cosecha, que tan inspirada está la Lady que envidia me da el carajo:

Si de este fruto maduro
hemos de comer hermanas,
mejor que esté bien duro
y rebosante de buenas ganas.

Que en su perfecta degustación
no vale tuera amargura
que cuanto más dulce el melocotón
Más liviana y jugosa es mi premura.

jeje, de Vailima: poetisa no cordobesa.

Vere -

halaa pa empezar la semana¡¡¡.La verdad es que estuvimos tentados de poner a la poetisa cordobesa...pero mejor que lo hayas puesto tú.

ladydark -

Perdonar por el atrevimiento del poema, pero no puedo resistirme a ponerlo:
¡QUE CARAJO!

Fuera vara de nardo, si no fuera
mástil, felicidad, sin par badajo,
dedo de luz divina, ¡qué carajo!
que tan sólo en ausencia sabe a tuera.

Nadie ignore su don, ninguna muera
ajena a las delicias del colgajo,
que en mostrando su afán no habrá destajo
ni hospitalario hogar pondrá barrera.

¡Danzad doncellas junto al palo santo!
Vuestra frente inclinad ante el icono
que izará desigual con vuestro abono.

Pues sólo así sabrá animarse tanto,
rendid honores, gusto, pleitesía,
hasta que os dé tributo en ambrosía.

Maria Rosal
(Poner dos rombos hoy en el post jajajaja)