EL VIAJE DE MARCEL
Stevenson y Schwob nunca llegaron a conocerse en persona, tuvieron una amistad epistolar, y Stevenson en alguna de sus cartas le comentó la posibilidad de encontrarse en París, en casa de Lapérouse, cercana al Puentecito donde Villon callejeaba. Marcel prologó la traducción del Dynamiteur y escribió un ensayo sobre Stevenson que está recogido posteriormente en su libro “Espicilegio”; el escrito acaba con lo que posiblemente le llevó a escribirlo:
“Ahora el creador de tantas visiones descansa en la isla afortunada de los mares australes.
¡Ay! No volveremos a ver nada con his mind’s eye. Todas las bellas fantasmagorías que aún tenía en potencia duermen en una estrecha tumba polinesia, no lejos de una reluciente franja de espuma: última imaginación, seguramente también irreal de una vida dulce y trágica. “I do not see much chance of our meeting in the flesh”, me escribía. Era tristemente verdad. Para mí permanece rodeado de una aureola de sueño”.
En 1901, Marcel, que ha pasado por unos años de febril y afortunada creatividad, se encuentra destruido físicamente, incapaz de abordar el sueño de escribir su gran libro sobre Villon; es entonces cuando escucha la llamada de la estrecha tumba polinesia que le reclama dirigirse hacia ella, en la isla silenciosa. En Octubre de ese mismo año embarca en el Ville de Ciotat, con rumbo hacia una tumba desconocida. Del viaje escribe un diario en forma de cartas dirigidas a su esposa Margarita, actriz que por entonces se encontraba de gira representando Fedra, la tragedia del silencio, imagen de la muerte; es a ella a quien escribe Marcel. Estas cartas forman un verdadero libro, un libro de esbozos, donde anota, como un pintor, los espejismos del cielo y del mar; un libro que tiene el carácter, desazonante y libre, de las existencias fatales, un diálogo epistolar entre la carne y el mar.
Llega enfermo a Samoa. En sus delirios febriles cree morir. En la rada de Apia solamente ve una línea de casitas bajas de madera sostenidas por pilones:
“¡Qué soledad, y que inesperado me resulta este espectáculo! No hay nada de nada, nada más que stores que ni siquiera son tiendas de especies de pueblo, y tres hoteles (¡) cuyos bares frecuentan aventureros alemanes, americanos y escoceses de medio pelo y mujeres de Samoa, hermanos maristas, barbudos, sucios y estúpidos. El Shout for a drink es obligatorio.”Pero Schwob decide obturar, con la pantalla neblinosa de las apariencias, la realidad. Huye del abrazo mortal de la agonía; No se aventurará a ver la tumba. No verá la franja relumbrante. Solo piensa en volver, pues no quiere ver lo que iba a ver.
Quien sólo había soñado aventuras, por fin podía vivir una.
Pero nos queda sobre todo su pobre grito: “Nunca más volveré a irme”
El 26 de Febrero de 1905 se fue. Tenía treinta y siete años.
9 comentarios
Vere -
ladydark -
Lírico el post que nos regalan los naúfragos, gracias y bienaventuranzas sean repartidas. Por cierto Vere nos tenías en ascuas con tu ausencia, me alegro de volver a leerte, un besazo.
Herri -
Que eso, que era un cuco raro, ladrón de huevos, que convertía con su alta cocina en omelettes a las finas hiebas. Claro, que también robaba huevos de Roc
Herri -
Herri -
Charles, gracias igualmente por tu comentario y por tu enlace, ya lo estoy leyendo ;)
Anarkasis, tu recorrido por Ais ha sido una delicia.
Ya ecía yo cuando leí Vidas Imaginarias que este hombre no se podía inventar todo lo que escribía. Eso no es plagio, es metaliteratura jejeje. ¡Qué gran obra maestra La Obra Maestra de Balzac! Yo la tengo con unos dibujicos de Picasso.
Vere -
anarkasis -
aquí hay un cuento que dice que el pequeño principe no es tan original
Charles de Batz -
En esta ocasión ocurre lo mismo. Saco un pequeño pedazo de papel que llevo siempre en mi bolsillo y en él escribo:
"Viaje a Samoa de Marcel Schwob"
- !Viejo ignorante -me digo mientras lo apunto-, como puedes no sentir venguerza de no haberlo leído!.
Mi verguenza se curará con el conocimiento.
Maravilloso post. Gracias por él.
Salud
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fll/11399368/articulos/THEL0404110045A.PDF
Vailima -