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De Vere y Herri Gardens

LA HUELLA DEL ASFODELO (y IV)

LA HUELLA DEL ASFODELO (y IV)

No hay asfódelos, ni violetas, ni jacintos  

¿cómo hablar con los muertos?  

Los muertos sólo saben el lenguaje de las flores,  

por eso callan,  

viajan y callan, aguantan y callan  

                                                  en el reino de los sueños, en el reino de los sueños 

                                                   Seferis

  

          Continuó H.  con expresión soñadora -En mi juventud, Orlando te lo solía prestar una de aquellas chicas de poncho mejicano y melena lisa....recuerdo aquella falsa delgada bajo los ropones hippies...era una ordalía...por supuesto, sabias cual tenía que ser tu comentario...el mensaje...

          V. replicó  -bueno, no sigas, para mí es sobre todo una obra sobre la creación literaria, mira este párrafo:

         “En la soledad, el mal tomaba cuerpo rápidamente. Ya entrada la noche leía a veces unas seis horas más, y cuando le pedían instrucciones para carnear la hacienda o para cosechar el trigo, apartaba su infolio y miraba sin comprender. Eso era grave y les partía el alma al halconero Hall, al palafrenero Gilles y Mrs. Grimsdistch, el ama de llaves, a Mr. Dupper, el capellán. Un apuesto caballero como él, decían, no necesitaba libros. Que dejara los libros, decían, a los tullidos y a los moribundos. Pero algo peor venía. Pues una vez que el mal de leer se apodera del organismo, lo debilita y lo convierte en una fácil presa de ese otro azote que hace su habitación en el tintero y que supura en la pluma. El miserable se dedica a escribir. Y si eso ya es bastante malo en un pobre, sin otra propiedad que una silla y una mesa debajo de una gotera –pues a fin de cuentas no tiene mucho que perder-, el trance de un hombre rico, que tiene casas y ganado, doncellas, burros y ropa blanca, y sin embargo escribe libros, es penoso en extremo. Se le escapa el sabor de todo; lo torturan hierros candentes: lo roen los gusanos. Daría el último centavo (¡tan virulento es ese mal!) por escribir un solo librito y hacerse célebre; pero todo el oro del Perú no puede comprarle el tesoro de una frase bien hecha. Se enferma, cae en una consunción, se vuela los sesos, vuelve su cara  a la pared. No importa en que actitud lo encuentran. Ha atravesado las Puertas de la Muerte y conocido las llamas del infierno.” 

         

          Rieron con ganas, y las llamas del infierno les volvieron a los asfódelos, que se decía ayudaban en el paso a los Campos Elíseos

         -Que triste que no puedas plantar asfódelos en mi tumba.

           Y se sintieron lejos del mediterráneo pero recordaron haberlos visto florecidos en las colinas que rodeaban el templo de Atenea Afaya en la isla de Egina y su corazón se esponjó de nuevo.

         -H. Recordó a Epiménides, de quien se destacaba su frugalidad y con quien se relacionaron estos versos de Hesíodo:

                                “¡Necios, no saben cuanto más valiosa es la mitad que el todo

                                   Ni que gran riqueza se esconde en la malva y el asfódelo!”

         

        Involuntariamente frugales, se sintieron  por unos momentos sabios.

16 comentarios

Vailima -

Vere, tu enlace dice que no quiere. ¿No te han dicho que no se puede escribir y utilizar el ganso a la vez?

Vere -

Charles ya lo habíamos cogido (al ganso) nos permitíamos una broma más -si el ganso da placer, el eider (como sabes de donde se sacan las plumas de los edredones, tiene que ser la hostia)otra asociación es lo que contaban de los prostíbulos chinos..
Por volver a lo escatológico, habíamos encontrado una curiosa y ancestral ceremonia que hacen en Ubrique con asfóleos http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_los_Gamoneshttp://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_los_Gamones y Herri que no se queje y esté atento je je

Herri -

Eeeene, se va uno a por plumas y le disparan como a un pájaro.
No hay nada que perdonar Vailima; no quisiera ser yo el culpable de ninguna almorrana con ese papel de lija que nunca pretendió serlo, solamente puse la palabra de marras porque supuse que la habías puesto no con su significado real, y de la misma forma la puse yo aquí.
Mejor dejamos los látigos y cilicios, para otras cuestiones.
Al que no perdono, y lo diggo aquí publicamente, es a mi compañero Vere por no haberme avisado del motín. Me llaman vengativo, orgulloso, ganso, y él riéndose. ¡Ten amigos para esto!
Charles, los gansos están en el saco, ya te contaremos la experiencia.

ladydark -

Herri no aparece... esperemos que no se haya creido ganso y haya emprendido el vuelo...

Charles de Batz -

Creo yo que no se trata sólo de las plumas -esto me lo agradecerá tu edredón Herri-, sino de un ganso vivo, coleante y -como dice Monsieur Rabelais-, bien plumoso; hay que cogerlo con fuerza y aplicarlo en la zona a limpiar, de manera que los movimientos y la agitación que dicho animal efectué en su afan de liberse, hagan que este presione y roze todo su cuerpo sobre los restos a eliminar produciendo a la vez sobre la persona "una voluptuosidad mirífica".

Vamos difícil, pero a la manera divina, según Monsieur de Rabelais.

Vailima -

Herri, perdónameeeeeeeeee

Vere -

Llevas razón Ladydark, pero aparte de perder el seso, a mi me parece que hay otras, por ejemplo el narrador es un biógrafo, hay mucha metaliteratura, salidas del texto y, sobre todo la ironía con que se lo toma.
Vailima, echaba de menos un poco de guerra pero verás como el Herri se me despeñe por un barranco de estos y, estoy seguro que él no haría nada que pudiera estropear tan delicado lugar.
¿Qué haríamos en esta isla sin el rumor de tus velas?
Bueno, la flotilla que de vez en cuando recala ¿Es posible imaginarla mejor?
Un abrazo a las dos.

Vailima -

Lady, si el tema no había sido abandonado. La cuestión era, si no recuerdo mal, limpiarse el culo con plumas y el Herri, a cambio de mi lealtad como amiga, me ha querido dar papel de lija.
Toma ya Herri, la Vaili (jeje) está ovulando...

ladydark -

En vista del desfase de los comentarios jajaja, retomo el tema. Creo que es evidente la relación de este texto que habeis escogido con nuestro querido Quijote, perdido el seso por sus lecturas de novelas de caballería.

Vere -

Tu sigue Vaili que si no hay un poco de maldad se cierra esto.

Vailima -

Vere, no seas mal pensado, por dios!
Herri, tú no seas orgulloso y no me quieras dar en las narices con la palabrita de marras. Bueno, para que veas que soy buena amiga, me retracto si quieres, me arrodillo, te pido perdón en público, y me pegas unos latigazos por no estar de acuerdo contigo en un comentario.
jeje
no sabía que eras tan vengativo. ¿Será que no sabes cómo vas a decir a tu mujer que te has cargado el edredón de plumas?
jeje

Herri -

No te preocupes Vailima, siempre te quedará la opción de desestimar lo que escribiera la Woolf.(je je)
Charles, acabas de poner en peligro mi edredón nórdico. Otra relectura obligada Rabelais, sí señor.

Vere -

Un regalo muy de agradecer para unos pobres náufragos Charles, he dejado a Herri por esos barrancos buscando un pajarraco que haga una función similar ¡quien tuviera un eider!.
Vailima, no menos miserable que la propia Virginia y el resto de insignes escritores; por cierto que me dejado pillado lo de que encaja perfectamente en el hueco por el que pasa....? je je

Vailima -

bienvenido, joven proctomante.

Charles de Batz -

La semana pasada, releyendo a Rabelais, me encontré con el asfodelo de marras en medio de una de sus escatológicas aventuras, y lógicamente, me acordé de mis amigos naúfragos (por lo de la planta en cuestión, no por la inquietud intestinal, claro está):

"Para concluir, yo digo y sostengo que el mejor limpia-culo, es un ganso plumoso, metiendo su cabeza entre tus piernas. Créeme, sobre mi honor, que sentirás una voluptuosidad mirífica, debido a la temperatura y la dulzura de ese plumaje que causa el calor del pajarraco, que se comunica fácilmente de la tripa al culo y de otros intestinos, hasta la región del corazón y aquellas del cerebro. Y no creas que la beatitud de los héroes y semidioses que están en los Campos Elíseos es porque tienen su asfódelo, su ambrosía o su néctar, como dicen las viejas de por aquí. ¡Ellos tienen a mi opinión que se limpian el culo con un ganso bien plumoso!"

Salud

Vailima -

"El miserable se dedica a escribir" leo con la misma rotundidad que una bofetada en la mejilla. Acabo de colgar un post y entro en vuestra isla. Alguien me dice que soy miserable. Menos mal que dentro de media hora me largo a trabajar...