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De Vere y Herri Gardens

(Y III) LA PUDICIZIA VELATA

 

corradini: la pudicizia


 


   Quizá el mejor momento de un viaje es su preparación. El ideal es hacerte con el bagaje del sitio donde vas porque la única razón de un viaje es vivir una vida distinta a la que te esperaba en tu residencia, y poder ser alguien distinto es como vivir otra vida. Ya sabes que las más de las veces te vas a dejar llevar por la rutina, vas a frecuentar la misma gente y pensar las mismas banalidades que de costumbre, pero al menos, va a ser una rutina distinta, en tu ilusión, algo parecida a la de un napolitano. Aunque Nápoles "la única ciudad oriental que no tiene barrio europeo" está llena de obras de arte -empezando por la Dánae de Tiziano- es sobre todo la ciudad del barroco y me interesaba sobre todo el delirio tardobarroco de la pietatella, la capilla funeraria que mandó construir el sorprendente Raimondo de' Sangro, Príncipe de Sansevero. En ella habitan una serie de esculturas de contenido simbólico como Il Disinganno, La Sinceritá, La Liberalitá y La Pudicizia velata, ésta última monumento funerario en memoria de su madre, Cecilia Gaetani dell' Aquila d'Aragona, muerta con veintisiete años, que se representa en el desnudo esplendor de la edad, cubierta por un tenue velo figurando el pudor que la protege y que tiene sus pies la frase del cristo resucitado: "noli me tangere".

   En todo eso pensaba cuando recogía las maletas y hacía el último trayecto en taxi, en las cosas que no había podido hacer: la imposibilidad de abandonar el papel de Lector que Calvino me asignara, la imposibilidad de ver tantas cosas bellas. La neblina invernal que me había acompañado todo el viaje, rasgada apenas por fulgurantes imágenes del Vesubio nevado, empezaba a fundirse con el velo del olvido.

3 comentarios

Vere -

Anarkasis, está claro que compartimos también a Radio Futura...Charles tenemos que hablar de los recuerdos de Nápoles, los viajes, los atlas, por supuesto pero estábamos seguros que te interesaba La Pudizicia velata.

Charles de Batz -

No hay nada como los viajes, los reales y los imaginarios, pues como decís vosotros está en su preparación gran parte de la magia que nos encanta de ellos.

Escribiendo esto y recordando mis primeros viajes, aquellos de la imaginación sentado en el suelo con un viejo Atlas, me llegan hasta la memoria aquellos versos de García Baena:

Bajo la dulce lámpara,
el dedo sobre el atlas entretenía al
muchacho en ilusorios viajes
y un turbador perfume de aventuras
salpicaba de sangre el mar antiguo de los corsarios.

Así era, aunque con la edad uno va perdiendo aquellos mapas y solo se encuentra con gruesas y oscuras líneas negras.

Salud

P.S.: os iba a comentar lo que ha maravillado siempre la Pudizia Velata, pero me he quedado por el camino.

anarkasis -

con el velo del olvido el traidor Vesubio dejó Pompeya,

"...si me llevas contigo, prometo ser ligero como la brisa..."