Blogia
De Vere y Herri Gardens

Catriona

 

   Llegamos a North Berwick en una lluviosa mañana de septiembre, el tren nos dejó en un andén casi desierto y de aspecto rural; en poco tiempo estuvimos en su bahía tormentosa y abierta al Mar del Norte, con antiguas casas multicolores que llegan hasta la playa. Nuestra idea era seguir desde la costa el camino que hace en barca David Balfour, el protagonista de Secuestrado, la novela de Stevenson, que continua en Catriona. En ella David es encarcelado en un islote cercano a la costa - El Bass-:

 

 

   Comenzó a dominar la superficie del mar un tono grisáceo; pequeños toques rosas y rojos, como las brasas de un rescoldo, fueron llegando del este; y al mismo tiempo los alcatraces se despertaron, y se pusieron a gritar en derredor de la cima del Bass. Este no es más que un peñasco, como todo el mundo sabe, si bien lo bastante extenso para labrar en él toda una ciudad, El mar estaba en extremo tranquilo; pero en la base de la peña bullía una profunda resaca. A medida que iba creciendo la luz de la aurora, yo podía distinguir cada vez mejor el paraje: rocas a cordel, pintadas por el fiemo de las aves marinas, como por la escarcha matinal; la escarpada cima verde de hierba, el vuelo de los blancos alcatraces que chillaban a los costados, y la negra, ruinosa estructura de la prisión que se asentaba al borde mismo del acantilado.
De golpe comprendí la verdad.
-¿Es ahí donde me llevan? -grité.
Si, precisamente al Bass amiguito -dijo el hombre- donde los santos de antaño residieron antes que usted; y dudo que hallara usted mejor prisión.

   El sendero sube desde la playa llena de aves marinas, hasta unas praderas, sin más problemas que la falta de señalización y que, por fuerza, hay tramos en los que te encuentras en un campo de golf que llega hasta los cortados costeros por lo que aunque los golfistas son amables, sientes las pelotas silbar rozando tus orejas.
   El Bass se va distinguiendo entre la niebla cada vez más nítidamente, y es cierto que parece nevado por los miles de alcatraces que la habitan. Se aprecian ruinas de edificios y un faro. Al final, empapados y algo asustados, volvimos por un hueco de una cerca, atravesando un camping hasta volver a la antigua iglesia.

5 comentarios

Vere -

Me encantaría haber podido transmitir algo de lo que vvimos en esos dias. Habrá más Vailima, estamos en ello pero ya sabes que somos lentos.

Charles de Batz -

Cuando hace ya tiempo, -empezamos a ser viejos blogeros-, nos hablasteis del Balfour de Stevenson, recuerdo que lo busqué entre mis viejos libros, y volví a leerlo con los nuevos ojos que nos da el paso de los años. La mirada fue diferente, pero a quién lo leía, le parecía que en él no había pasado el tiempo. Eso es lo que tienen las lecturas que guardamos con especial cariño en nuestra memoria.

De la lectura de vuestra anotación, y de las fotografías que la acompañan, me he quedado con la sensación de escuchar el rumor batiente de las olas y sentir la humedad de la bruma. Hasta mis pies parecen estar descalzos, en contacto con la rugosidad y el corte de las rocas, mientras os acompaño en vuestra búsqueda del rastro del joven David.

Espero lo que siga para continuar.

Salud

Vailima -

jaja, al Anarkasis no se le escapa ni una... pues la primera imagen me ha recordado a un paisaje en concreto de los prerrafaelitas "los recogedores de conchas" (qué le vamos a hacer. La imagen es ésta no tengo tiempo de encontrar otra mejor:http://www.clubestrella.com/flc/pub/img/2/prerrafaelitas.jpg) aunque claro, todavía inmersa en Stoker no tengo ni qué decir.

Vere, queremos más, lo sabes ¿no?

Vere -

Espera un poco que va a aparecer de todo -tiene segunda parte-. Muchas gracias Anarkasis.

anarkasis -

os vais de excursión a la cárcel y poco más y no os sueltan,
venga que llegáis tarde
agua al gardens, que hay semilla.
a ver
¿aparecen los vampiros como en las pelis de 2ºb,? ¿o los románticos que son peores?
juas
me alegro muchísimo de vuestra vuelta